La llave que abre el deseo se hace dueña de mis manos.
Manos que te condenan hasta hacerte prisionera
de irresistibles caricias.
Arrebátame las manos hasta que cumplas la pena,
y arráncame de mi boca los besos que no perdonan
que se nublen mis sentidos.
Coge en tus manos la llave y libera los instintos
que mi pasión encerrada en celo aguarda encendida,
como cirio, en el altar de un delirio.
Cierra la puerta al pasado, y abre en mi cuerpo el regalo,
el presente, que ayer mismo te ha dejado un recuerdo inolvidable
el rey mago del placer.
Abre, cierra, pon pestillos, pon cadenas....encadéname contigo al sencillo
arte carnal.