
Solicitud denegada, es el colmo. Nadie ha pedido peras al olmo.
Resignación, volverán las oscuras golondrinas a defecar en mi balcón.
El último de mis alegatos: a comer. Veamos el futuro en los platos:
De primero, sopita fría de letras y números de crisis no ficticia,
ensalada pesimista sin mayonesa o mixta.
Tropezones de inflación, zancadillas crediticias.
Entremeses, años, de insolvencia sin la salsa de paciencia.
De segundo, o aval a la parrilla con guarnición y calderilla,
y refrito de intereses y por cientos, rehogados sin descuentos,
o atraco a mano armada o apostar por los ciegos.
Pan y agua en el talego que a la suerte yo no tengo apego.
De postre sorbete de avaricia del banquero.
Flan, helado, tarta y un sí quiero.
Fruta de la pasión el cobrar sin compasión.
Pedir dinero recién hecho, qué dificil digestión.
¿Café? Negro por favor, como el futuro, y un chorrito de asco.
¿Copa? Del mundo. Hipocresía en frasco.
Camarero (¿banquero?), la cuenta.
A fin de mes caballero.