sábado, 28 de agosto de 2010

De vuelta


Algunos escriben sobre un vidrio mojado su nombre sin darse cuenta. Yo escribí el mío sobre un folleto de la torre de la Calahorra sin letra de imprenta. Y después, como aquél lunático que puso sus pies en paraje desconocido yo puse los míos en asfalto cocido y coloqué el panfleto sobre el retrovisor del coche como prueba de mi presencia en Calórdoba (si de Sevilla dicen que tiene un color especial de su hermana puedo decir que tiene un calor infernal). Concretamente en la Ronda del Marrubial. Un nativo viéndome hacer los preparativos para la foto ya me advirtió de que esa torre del folleto nada tenía que ver con esas murallas históricas rodeadas de vallas metálicas. Agradecí el aviso, cosas mías, le dije, tomé entre mis manos la cámara e inmortalicé la escena con un zoom preciso. Miré a derecha e izquierda. No estaban mis perros copulando ni mi guarro elefante. Me los imaginé en su día como a los gigantes aquél caballero andante.

Tampoco hubiera imaginado que este año pasaría mis vacaciones por tierras andaluzas, pero una propuesta de última hora difícil de rechazar como la de disponer de un apartamento totalmente por la cara ocho días en Puerto Banús cambió el itinerario de mi gepeese programado para Euskadi y alrededores. Y ya estoy aquí de nuevo, a dos días de fin de fiestas de la Aste Nagusia de Bilbo por las que quiero darme un paseo a ritmo de Kepa Junquera y su "Marijaia dator" antes de volver a la rutina.

viernes, 6 de agosto de 2010

Vacaciones

Cuando ¡por fin! llega el turno de tus vacaciones y todo aquello que no puedes llevar en la maleta ni atender en tu destino como la boa de cinco metros, el perro, o este blog, lo mejor es dejarlo todo en alguien en quien confiar; y como no tengo boa y mi perro se cuida solo, he dejado la custodia de mi blog a mi vecina de idem y, ¿qué me encuentro? Pues a la vista está. Yo que vuelvo para colgar el cartel de cerrado por vacaciones olvidado por las prisas, y me la encuentro ahí, encaramada tan a gusto ejercitando el frota frota a las ingles en el mástil de la distancia del que colgaba mi ikurriña. Y ahora con su bandera. Espero una mínima y convincente explicación por su parte a la vuelta de las vacaciones, pero seguro que le echa música y letra versioneada de Sabina y me canta algo así como ...
"....¿qué harías tú cuando el hambre te aprieta hasta en los ovarios?
Frente al blog de su larga distancia arrié su bandera,
y en su mástil alcé mi pendón tricolor junto a mis posaderas.
Yo sabía que el placer no duraba un segundo,
yo quería sentir el orgasmo más hermoso del mundo.
Yo quería sentir de un tirón
el placer de los palos de golf sin tocar las pelotas,
del bastón de los bastos que empuñan las sotas,
del consuelo del consolador que vibra moribundo
de los mangos de escoba que vuelan profundos.
Yo quería sentir el orgasmo mas hermoso del mundo..."

Pues siente siente y siéntate todo el tiempo que quieras en el mástil hasta sacarle punta si hace falta, ya que no me da tiempo a volver a colocar todo en su sitio. Eso sí, dejo un par de rombitos por si se cuela algún menor en el blog. A la vuelta pondré todo en su lugar, mientras disfrutad del verano. Agur y hasta la vuelta.

lunes, 2 de agosto de 2010

El tendío, ¿mentiendes?


A mí, la verdad es que siempre me pilla el toro y llego tarde a comentar las noticias de actualidad y en concreto la que se ha producido a cuenta de las prohibiciones de las corridas de toros en Cataluña. La culpa en este caso ha sido mía por intentar mezclar pitones con pezones. Me explico: he intentado colgarle unos pitones a la foto de una espectacular mujer en sus mismísimos pezones para ilustrar este post y de paso convencerme a mí mismo de lo beneficioso de las corridas. No ha podido ser, pues la verdad es que imponían más sus pezones que mi arte photoshópico. Y ahora ya comento....
Resulta que estábamos el Mando y yo haciendo zapping cuando nos encontramos con una corrida de toros en la tv. Ya sabéis como es el Mando que a estas edades todo lo pregunta y congeló la imagen y quería interesarse por todo lo que estábamos viendo, y yo, para alejarlo de ese espectáculo sangriento le dije que era una representación teatral libre de la sanidad pública. Que si los picadores eran los celadores, a caballo porque la silla de ruedas se hundía en la arena.... que si los banderilleros eran las enfermeras poniendo inyecciones... que si el torero era el médico....que si el toro un enfermo esquizofrénico que arremete contra todo lo que se mueve al que van a curar...que si las mulas el coche funerario llevándose el cadáver...que si la plaza el quirófano, redonda para que los virus no acechen en las esquinas...que si el traje de luces...etc etc...
-¿Y toda esa gente en pie agitando el pañuelo?
El tendío, le dije.
-¿Eléctrico? ¿Para que funcionen las luces de los trajes que llevan los médicos?
No, el tendío, los que entienden, el público entendido, ¿entendío? Ahora están sacando los pañuelos para llorar porque el paciente se ha muerto.
-Vaya médicos más incompetentes, llevan ya intentando curar a cinco pacientes y todos se les mueren y las enfermeras es que no dan una, no saben ni poner las inyecciones en condiciones. Y luego el tendío ese que tanto entiende les tira regalos. Yo la verdad que no entiendo nada.
Mejor que no entiendas, pero esos regalos de la gente son un aliciente para que la próxima vez lo hagan mejor y logren salvarlos.
-¿Y así funciona la sanidad pública?
Bueno, es un poco exagerado, pero más o menos.
-Papá, ¿me harás un favor?
Claro hijo, dime.
-Cuando yo enferme, no me lleves a un hospital de esos. Llévame a ese sitio que un día vimos en tv, donde llega un hombre a la cocina, se desnuda y luego tres tías o más también se desnudan y se lo pasan todos tan bien unos encima de otros. ¿Cómo me dijiste que se llamaba? Ah, sí, corridas de toros, llévame a una corrida de esas, ¿vale?