Mi adaptación para la ocasión del poema "La Sed" de Juana de Ibarbourou
Tu pezón fue en mi boca
de un dulzor refrescante.
Sensación de limonada y mandarina
me dio tu pecho amante.
Cansado me acosté sobre la arena
con tus cántaros inmensos, por almohada.
Y soñe su contenido sobre mis labios
como un sueño cazador furtivo en la noche
y poseer con su presa mi lengua ajada.
Tengo de nuevo sed amada mía.
Dame tu seno fresco tal como el
aire nocturno de la serranía.
Hay sed y hay sedes (de una asociación, de un gobierno, de un club de sedientos, etc etc), pero la sed del turista es algo que nadie antes había hecho un estudio sociológico del asunto, hasta que a esta chica se le ocurrió indagar en ello y se le iluminó una bombilla encima de su cabeza, y no se le ocurrió otra cosa que calmar esa sed ofreciendo limonada de esa guisa por una playa brasileña y cobrando unos realillos brasileños por chupito, o chupadita. Al final del día hace sus dineritos y más cuando el día es caluroso. No deja de ser ingeniosa la forma de ganarse el pan, pero me tiene intrigado el funcionamiento del aparato. No hay relojes digitales para cronometrar el tiempo de la mamadita y es verdad que hay algunos que se duermen en los pechos de una madre. ¿Cómo controla esta mujer el tiempo, la chupadita y la cantidad? Tampoco veo por ningun lado el orificio de llenado de la limonada. ¿Será que desayuna unos cuantos kilos de limones y su organismo se convierte en un exprimidor? ¿Tendrá modo granizado o sorbete? Otra duda: ¿cómo puede conservar ahí la limonada fría sin que se le pongan tiesos los pezones? Otra duda higiénica: ¿limpia el pezón cada vez que un cliente se dispone a succionar? Una más: ¿las mujeres también tienen derecho a calmar sus sed? Y estaría así todo el post, pero termino aquí. Animo desde este post a algún navarro valiente y fornido (lo de navarro no es por coleguismo independentista, puede ser el hombre de cualquier lugar del mundo pero es que me queda mejor un navarro para hacer la rima final del post, y no, no es para rimarlo con guarro, seguid leyendo) a que este verano haga lo mismo que lo que hace esta chica por alguna playa, pero en versión masculina. El artilugio para la limonada ya está inventado desde hace muchísimo tiempo, sólo hace falta un par de huevos más y colgarse el artilugio sobre la fibrosa cintura del valiente. Y es éste:
Se puede llenar de limonada, zumo de naranja, zumo de mango, etc etc o incluso de café, y la que lo quiera con leche no tiene mas que apartar el botijo de barro y servirse del pijo del navarro.
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