lunes, 6 de julio de 2009

Memoria de saldo



Uno de enero, dos de febrero....siete de julio, San Fermín. ¿Quién ha estado esperando todo un año este momento? Pues ya está aquí. ¿Quién se va a echar a las calles de Pamplona a correr delante de los toros? Un servidor posee en su adn el gen del acojone toril y prefiere verlo desde la barrera televisiva. Sin embargo, me gusta emular tan singular fiesta en otra fecha señalada en mi calendario mental: el uno de julio, Santas Rebajas. Sí, sí, uno disfruta esquivando a codazos las embestidas de esos animales ávidos de alcanzar esa ganga que tanto tiempo ha estado esperando. No me importa que decenas de zapatos pisoteen mi espalda, o pierda los míos a la carrera, porque me sirve siempre como primera excusa para comprarme una camisa o unos zapatos nuevos rebajados. Tampoco me disgusta poner esa sonrisa de oreja a oreja cargado de bolsas hasta el occipital y enseñar orgullosísimo la Visa cuando el dependiente te pregunta si vas a pagar con tarjeta o con dinero, y contestes para adentro que con dolor.
Por eso, nunca me las pierdo. Ni mi reciente paternidad me lo ha impedido, porque dejé a la criatura sola en casa. ¿Que es una irresponsabilidad por mi parte? No lo creo, no es mi caso porque al pequeño le hice un fácil lavado de tripas y le vacié de todo rastro de carbono y manganeso, vamos, que le quité las pilas y las dejé fuera de su alcance y de su vista para tenerlo controlado.
Soy muy madrugador para este tipo de acontecimientos y rara es la vez que no acuda una hora antes (y rara es la vez que no me olvide algo con las prisas), porque sé que siempre hay gente de tu mismo sexo dispuesto a charlar, aunque sea de barbacoas y bricolaje. Así que fiel a mi cita anual, me presenté a las puertas de ese centro comercial de renombre y de apellido anglosajón ( no sé si nombrar marcas comerciales entra dentro de algún capítulo, dentro de algún apéndice, dentro de algún subapartado dentro de alguno de los mandamientos de la ley del blog y por eso me abstengo de pecar) y cuál fue mi sorpresa que allí el panorama distaba mucho de la batalla de las Termópilas y sólo me encontré a un mendigo recostado anunciando sus desgracias personales en un cartón, en un cartón de bingo. 39 años, 44 meses durmiendo en la calle, 3 años en paro, 2 hijos, 1 ex que mantener...toda una línea de desgracias, en línea con la mendicidad actual.
Después de un buen rato esperando a que aquello se animara y viendo que todo seguía igual atraje mi muñeca hacia mi vista y cuál fue mi sorpresa que pude comprobar que esta vez me olvidé el reloj. Esperé un poco más y, ya cansado, saqué de mi cartera un billete de cinco euros y lo coloqué sobre le cartón del mendigo y le dije:
-Perdón, si sabe decirme que día es hoy, se gana otro billete como ese.
-¿Hoy?, me contestó preguntando, hoy es mi día de suerte, San 10 euros, 2 de julio.
¡Bingo!, exclamé

10 comentarios:

Princesa Polaca dijo...

Las rebajas te trastocan, Jon de mis entretelas, que por muy mendigo que sea ese señor le has dado 10 hermosos euros, que con eso en las rebajas me compro yo un par de sostenes con aro. Lo peor de todo que ha sido porque te diera la hora...

Y encima no corres en los San Fermínes... cuando tú sabes que yo soy mucho de coger el toro por los cuernos...


Espero que esta noche me prepares una cena romántica porque acabas de romperme el corazón.

Atte. Su Alteza Real Princesa Polaca I de Blog y V de York.

El Mando De Tu Distancia dijo...

Si pudiera recomponerte ese corazón roto con esta cena y este menú....
Entrante: La misma que sale, aderezada de semen up de loctite en fina capa de látex caramelizado.
Primer plato: Revolcón de pepino relleno de salsa de loctite.
Segundo plato: Rabo enlutado(se llama así porque mata del gusto) en almíbar de loctite.
Postre, pan y agua de Larrabezúa.
El loctite en todos los platos es porque dicen que lo pega todo, y supongo que un corazón roto también.

Princesa Polaca dijo...

Menos mal que te he dicho una cena romántica... Entonces,¿Qué es para tí una cena afrodisíaca? ¿Comerte un sandwich de Bimbo en un sex shop?


Obviemos este tema solo porque eres la luz cegadora de mis ojos miopes y cansados de ver strippers untados en aceite, lo cual no quiere decir que tú no seas mi sardinita en lata.

El Mando De Tu Distancia dijo...

Si el sandwich lleva una I de blog y V de York, me lo comería hasta en una farmacia.

No me digas otra vez lo de la sardinita que me empadrono en Santurtzi ¡ya! Mientras, comamos con Isabel

Princesa Polaca dijo...

No tengo ni idea qué es eso de Santurtzi

El Mando De Tu Distancia dijo...

Santurtzi, o quizá Santurce te suene más, es como la Ronda del Marrubial, un pueblo, con puerto, cuyas sardinas son famosas en el mundo entero, incluso a Polonia ha tenido que llegar su fama. Y tú sin enterarte.

Princesa Polaca dijo...

Oído cocina.

Por Santurce me suena más.

Espero que algún día, no muy lejano, sepas lo que es la Ronda del Marrubial.

El Mando De Tu Distancia dijo...

Por el nombre y por mis pensamientos parece un mar de rubias de ronda nocturna, pero como siempre confundo lo romántico con lo afrodisíaco seguro que me equivoco.

Anónimo dijo...

Enorabuena por tu paternidad Jon!
Creo que nunca me he alegrado tanto por la paternidad de nadie, pero en este caso haré una excepción y directamente has pasado a mis favoritos.
Estoy segura de que tendrá en un futuro éxito, y es que no podia ser menos; Jon al mado y la Princesa Polaca de madrina...

Un saludo desde la habana.

La Cubana.

El Mando De Tu Distancia dijo...

Muchas gracias Cubana. Menos mal que el niño me duerme bien, me come bien, me llora poco, y no hay que cambiarle los pañales. A éste con cambiarle las pilas es más que suficiente para que siga creciendo.
Nos vemos. Saludos.