lunes, 17 de mayo de 2010

Desde Rusia con amor

A mediados de abril más o menos recibí un email de una dirección de correo terminada en Yahoo.com desconocida para mí. Como soy bastante curioso y ese correo no había caído directamente al spam sino que se encontraba en la bandeja de entrada, decidí abrirlo. No, no había virus, ni gusanos o troyanos de esos escondidos; se escondía otra especie de animal peligroso. El correo estaba escrito en inglés, así que superficialmente me puse a traducirlo como buenamente pude. Decía ser una chica rusa de San Petersburgo. Comenzaba saludándome con un hello there, Decía que le gustaba mucho mi perfil y había decidido escribirme porque ella buscaba un hombre. Me daba su nombre, Irina, sus 27 años de edad, nunca había estado casada, sin hijos, y que buscaba un amigo para más adelante tener una relación seria y formar una familia. Que si yo buscaba lo mismo que le escribiera a su correo, que me enviaba una foto suya y que yo le enviara alguna foto. Un correo de lo más normal y nada sospechoso si estuvieras registrado en ese lugar en que vio mi perfil. Pero como no frecuento esos sitios volví a mi curiosidad y a Google. Metí su dirección de correo y recibí montones de respuestas de lo más interesantes, y desconocidas para mí. Así que quiere jugar conmigo, me dije, pues a jugarrrrrrrrrrrrrrrr como diría el inimitable Joaquín Prat, y decidí contestar, prestarme a su juego, que no era otro que sacarme un buen dinerito. ¿Cómo? Fácil. En tres o cuatro semanas de juego y declarado bilateralmente amor forever yo ya era su "my love Jon" y ella era Irina mi rusa divina (no hace falta más que pensar con el cerebro genital, estar desesperadamente loco por encontrar pareja y ver sus fotos para enamorarse locamente de ella) después de contarme y repetirme su "desgraciada vida" sentimental, social, económica etecé etecé etecé. Así que rapidamente llegamos a la parte final del juego, el momento de vernos en persona, después de tantas confidencias y tantos correos "llenos de sinceridad y confianza". ¡Por fin! frente a frente... besar esos labios.... tocar ese cuerpo... echarle encima toda mi mayonesa a esa rica ensalada rusa...
Ella vendría a Euskadi. Según mis informaciones yo ya tenía hecho un cálculo más o menos del premio final de su juego, que como he dicho consistía en sacarme dinerito fresco. Sin embargo ella hizo sus propios cálculos y me lo hizo saber. Aquí está su cuenta: Visado, pasaporte etc....+560 dólares.
Sueldo... -140 dólares.
Total.....=420 dólares. Dinero que necesitaba para que nuestro sueño de amor se hiciera realidad.
Como no le alcanzaba le pidió dinero a su tía abuela, con la que medio convivía ya que era huérfana y la tenía al corriente de nuestra relación y ésta estaba supercontenta y deseaba ver a su sobrina nieta feliz y casada con un hombre bueno pero claro, la pobre es pensionista y no se puede desprender de esa pensión, se moriría de hambre, así que pidió mi ayuda, creyendo que suspiraba por ella.
No era mucho dinero en mi caso, he sabido de casos que doblaban esa cifra incluso una vez conseguido el dinero seguían pidiendo más para más trámites.
Nombre... apellidos.... dirección...datos para mandar el dinero fresco a través de Western Unión, y en una o dos semanas revolcados en una cama.
A partir de ahí, me tocó mover pieza y le contesté con un correo en el que le pedí que se olvidara de ello, que iba a sorprenderla, que yo no podía permitir que una mujer se desplazase tantos y tantos kilómetros y que sería yo quien haría el viaje ya que por esas fechas comenzaban mis vacaciones y quería aprovechar el viaje para que también me enseñase San Petersburgo y me las ingenié(en la red encuentras de todo en el momento que lo necesitas) para decirle que en mi calle existía una oficina de Western Unión pero que pasé de largo, me colé en una oficina de Iberia y que me saqué el billete de avión. Le envié la prueba de ello:

No le gustó nada mi sorpresa y no dejaba de insistir en que devolviera el billete que ella ya había adelantado parte de un dinero para la tramitación del viaje y que si no continuaba con el papeleo lo iba a perder todo. Insistí en que no se procupara del dinero, que ya sabía que ganaba mucha pasta, que no era problema, que yo se lo daría y mucho más, que me esperara a tal hora de tal día en el aeropuerto Pulkovo de San Petersburgo con una sonrisa muy grande. Quedaban cinco días para el encuentro. No recibí contestación. Volví a mandarle otro mensaje. Nada.
Nunca había oído hablar de ellas, de las scammers rusas, bueno rusas, bien pueden ser tíos con bigote que utilizan fotos de cualquier modelo rusa para que piquemos en el anzuelo. Hay páginas enteras de scammers, de fotografías, direcciones de correo, nombres, ciudades rusas, numerosas listas donde puedes conocer si "tu chica" está en una de ellas. Lo estaba. Y cantidad de gente en foros que dice que ha recibido los mismos mensajes y las mismas fotos. Y seguirá enviando. Unos caerán porque no lo saben, otros se reirán porque lo saben y otros simplemente no contestarán. Mientras, yo llevo ya una semana dando vueltas por San Petersburgo.

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