viernes, 27 de noviembre de 2009

XX





Está guapetona la dromedaria de la foto, ¿verdad?. Aunque con esas pintas se parece más a una zorra, zorra del desierto en su particular oásis a la espera de carne humana para llevarse a su jorobada vida social. No pretendo hacer un juicio de valores sobre la prostitución en general ni sobre ninguna prostituta en particular, me apetece ponerle el lado cómico a esa llamada profesión más antigua del mundo. Aquí en Euskadi, nuestros productos agrícolas o ganaderos llevan una seña de identidad o etiqueta llamada label, que los identifica como productos de calidad y autóctonos. Nuestras prostitutas también tienen calidad. Se lo decía Patxi, armario portero de puticlub a un foráneo que venía necesitado de sexo:
"¿Nuestras putas?, las más bellas pues, con diferencia pues, piernas bellísimas depiladas a la euskalcera pues, senos explosivos para reventarte la polla, culos que ni los viscolásticos del Pikolín, oye, manos suaves y delicadas para hacerte lo que desees, un torso que se mueve más que los molinos de Iberdrola en la cumbre del Pagasarri...es que no hay cuerpo más perfecto que el de nuestras putas con label vasco".
Sí si, ya veo que los senos, las piernas, el culo, las manos, el torso, el cuerpo, es de lo más perfecto...pero... y de cara, cómo son? "Carísimas, es el único pero de nuestro preciado label"
Es cierto que nuestros porteros de puticlub también tienen cerebro de label y confundió la velocidad con el tocino, pero la respuesta le vino bien a ese foráneo porque buscaba aparte de rostros bellos, tarifas más asequibles.
"¿Precio económico buscas? Vete a ese antro chino de ahí enfrente pues, por un euro tienes sexo, seguro"
¿Por un euro?
"Sí si, yo probé día de la inuguración, pues, y en cuartito a solas con gallina eché polvo"
¿Con una gallina hiciste el amor?
"Por ese precio y las necesidades de mi cuerpo ese día no importó echar casquete. Reventé molleja pero quedé satisfecho. Repetí otro día, actuación erótica en vivo, probar nuevas sensaciones quise pues, en cuartito compartido con más gente, viendo actuación en vivo a traves de ventana en cómodas butacas. Excitante, mujer al otro lado de ventana masturbarse con vibrador eléctrico. Pone cachondo eso pues, lástima que salí a hostias con el de delante de mí y no acabé ver actuación"
¿A hostias? ¿no te dejaba ver?
"Qué leches, dijo que espectáculo del otro día viendo morrosko follando gallina era mucho mejor que el del vibrador"
Mire, yo busco algo ni tan barato ni tan caro, pero sobre todo seguridad e higiene ¿Aquí el tema de la higiene y el sida, qué tal?
"Aquí no preocupar, Manoli, chica de la limpiesa hase prelavado tres veses a condones usados". Es broma, señor. La verdad que aquí un día un señor se puso pesado porque quería entrar y echar polvo con puta con sida. Dije que todas tienen certificado médico en regla y todas sanas. Se puso muy pesado, yo no tenía ganas de darle un par de hostias porque acababa de divorciarme y tenía bajón y dejé pasar"
Saldría decepcionado el hombre...
"Hostias, que va!! Todas las putas para que no diese la brasa dijeron que tenían sida y se folló a todas"
Entonces saldría contento...
"Y tan contento, cuando se despidió de todas, las chicas le contaron la verdad, que no tenían sida"
Entonces no salió contento, salió decepcionado, el quería putas con sida.
"¿Usted es sordo, o le desatasco los oídos con un para de hostias?, le digo que salió contentísimo, ellas dijeron que no tenían sida pero él dijo que a partir de hoy todas estaban contagiadas, ¿entiende usted?
Sí claro, claro... viendo el panorama creo que en vez de echar un polvo me conformaré con que me hagan una paja. ¿Qué suelen cobrar aquí?
"¿Ha visto salir a esa puta, con esos aires fashión y ese abrigo de visón? Pues esa misma te mete 100 euritos sin desnudarse por sobártela bien. Así se paga sus pieles la cabrona, a base de manualidades"
¡¡100 euros una paja!! ¿entonces una mamada?
"Eso te costaría una pasta; ronda los 500 euros. Ese cadillac negro al que se ha subido lo ha pagado a base de mamadas"
Entonces ya no le pregunto por metérsela en el chocho...
"Ah, no, ni hablar, por el chocho no gana un euro, todo el mundo sabe que si esa tuviese chocho la ciudad sería entera suya"
"Pero usted no se preocupe hombre, no se lo piense y entre, y verá que la encargada le encuentra algo que se adapte a sus bosillos, que mucho label mucho label, pero se hasen más trampas que al póker"
El hombre accede a la invitación de Patxi y entra, negocia con la encargada la falta de liquidez y ésta le propone que va a tirar un billete de 500 euros al suelo y que puede metérsela gratis por detrás el tiempo que tarde en recogerlo. El hombre acepta el reto pero propone que sean 20 euros y que además él saque de su bolsillo los 20 euros,los tire a sus pies y cuando los recoja se quede con ellos como pago por los servicios. La mujer acepta encantada.
Al cabo de una hora el hombre sale con la cabeza bien alta y una sonrisa de oreja a oreja mientras tras de él sale la encargada con las manos sobre el culo destrozado y dirigiéndose a Patxi, le dice: "Si ese hijo de puta vuelve por aquí le metes un par de hostias bien dadas. El muy cabrón me ha tirado 100 monedas de 20 céntimos al suelo."

jueves, 19 de noviembre de 2009

Azúcar, sí


Qué hondas necesidades habrá para atrincherarse en casa y aguantar toda la brasa que te dan los telediarios si todo son calamidades relacionadas con muertes. No tiene la vida suerte y a cada hora del dia, en minutos, en segundos, en cualquier lugar del mundo, mueren los que anteayer morían en Bosnia, como cantaba Serrano, o parodiando a Mecano, muerte aquí muerte allá, entiérrala, entiérrala. Unos en nombre de Alá y otros por malos cristianos, al final, su religión o pecado no es otro que hacer el mal y van todos de la mano: violadores, homicidas, asesinos, maltratadores, abusadores, terroristas...y una interminable lista.
Qué hondas necesidades habrá para amargarse la vida aguantando esa brasa que te dan los telediarios, cuando a dos pasos de casa, en el mismo vecindario, la noticia es Mari Cielo, de procedencia holandesa, y su tienda de peluches y un sin fin de chucherías fabricadas con azúcar de ese arte culinario que de niños y mayores seguimos llamando chuches, en la Ría de Bilbao o en las orillas del Júcar.
Como la plata al vampiro ella mata mi amargura de un buen tiro de glucosa en mis partes más morbosas sin ser tachada por ello de una asesina confesa. Sin saber ni como besa y sin echar más gasolina a este mundo incendiario, sólo ella arroja dulzura como acto humanitario, y como buena vecina ya es mi nueva heroína por su poder disuasorio( la chica no se da cuenta, no me presta su atención como éste picarón a sus cortas vestimentas) que suscita su buen cuerpo metido en ese envoltorio de la forma más explícita: es más que una golosina.
Dándole vuelta al refrán, empezando del final, de tal astilla tal palo, quiero hacer de hombre malo y narrar el vendaval que levanta la palabra resultante de rimar con el tal palo, en todo el largo intervalo desde que mi vista enfoca y las órbitas coloca en sus dos pendientes cimas hasta rodar por la pista e imaginar traspasar hasta el fondo de su sima. Mas cuando mueve sus huesos de andar de aquí para allá y a unos niños despachar con cariño e interminable sonrisa para lanzarme un "dime" con su azucarada voz. Casi me voy de precoz, y el hinchazón más me oprime, no aguanto más tiempo tieso y le suelto la presión presionado por la cola, por la cola esperando por su vez, por la boca como pez:
"Maski fresa" ( mas quisiera yo, holandesa)
"Maski cola" (mas quisiera yo comerte a solas)
"Jojitos" (si supieras que me tienes to loquito)
"Doritos" (si supieras lo que observan mis ojitos)
"Finiletas" (que vengo para verte esas dos tetas)
"Rumbas jamón" ( y las marcas que te deja el pantalón)
"Gran Barrilete" (ciego me pongo yo al verte)
"Piponazo" (y el cupón me premia un cuponazo)
"Kinder" (encima te los pondría)
"Palomitas de maiz" (cayendo en tu bisectriz)
"Balmelos" (¡¡polvo tienes, Mari Cielo!!)
Pagada la excitación, y los chuches de diseño, con todos esos paréntesis dejados en el oasis de mis sueños, de vuelta a la rutina asumida, a cuántos quitarán hoy la vida es la interrogación.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Veo veo...¿qué ves?


Cuando llevaba un tiempo prudencial y parecía que estaba totalmente curado de mi distorsionada visión de las cosas hoy ha vuelto a sucederme. La culpa es de la fotografía del post. Aparentemente es una imagen de lo más normal, tres chicas, y una de ellas enseñando el culo, cosa que hoy no escandaliza a nadie. Sin embargo, a mí me escandaliza, me preocupa, mejor llamarlo así. Y es que lo mío no sé si es una enfermedad común entre los hombres, eso me lo tendría que decir un oftalmólogo. Si hay alguien entre los que leeis este post que por casualidad ejerza esa especialidad médica me ayude con la siguiente pregunta: ¿por qué vemos lo que realmente no hay? Si acercáis, como hice yo, el zoom de la realidad a la fotografía, veréis que donde al principio el culo que se ve es el de la chica de espaldas al final no es ni culo, ni de ella, es el brazo de la chica que sujeta la cámara fotográfica. ¿Efecto óptico? ¡Narices! pensamientos libidinosos tal vez, e insisto, ¿por qué? ¡Si el algodón no engaña! Otra cosa sería que fuese un cuadro abstracto y ahí cada uno viera mundos diferentes. Como en esta otra:



Es el logo del banco Santander. Juguemos al veo veo...¿qué véis? Desconozco si a quien lo diseñó le vino la inspiración al instante o tuvo que hacer sus esfuerzos mentales, pero desde la primera vez que yo lo vi, vi su letra pequeña, y al instante revolotearon moscas y más moscas alrededor de mi imaginación, y también alrededor de ese logo. No lo vi como un apetecible pastel del que cada uno íbamos a pillar cacho. No, no, eso sería una ingenua visión de las cosas. Yo siempre lo he visto como un excremento, humano, ya que en este país donde la mierda es oro, porque los pobres nacemos sin culo, quien con más fuerza caga se lleva el botín.
En fin, no sé como tengo la vista, si veo bien o debo graduármela, y estoy a las puertas de renovar el carnet de conducir.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Don Ka Gon

Cuando no apetece escribir lo más fácil es plagiar. Y luego, costumbre humana, pedir disculpas.

Tengo un rústico calzón que el esfínter me presiona y lo llevo a todos lados cuando la diarrea me extorsiona. Si en plena calle me pasa, no crea Dios que me voy corriendo a casa, sigo pisando baldosas porque sé que no traspasa.
Si me paran y me dicen: "oye, te huele el trasero", entonces la cosa es grave, y haciendo de fontanero, con el dedo en la avería, y más rápido que el ave, me planto en cualquier cafetería.
Soy propenso a las diarreas, no es difícil de entender, otros pillan gonorreas de tanto darle al joder. Hay que ser especialista y tener sangre en las venas para saber que a mi pena, que es el irme en bareta cual cartucho en la escopeta al paso de una torcaz, se la llama enfermedad.
"Tu diarrea es crónica", "tu diarrea es patógena", "tu diarrea es de origen desconocido" dicen todos al tratar. Tengo ganas de evacuar los hidratos de carbono, en la misma proporción que un yonki que tiene mono, a diferencia que éste se cuelga con su heroína y yo me cuelgo en las tripas unas cuantas aspirinas. Fortasec, Perenterol, Imodium, y unas más que se le olvida a mi perdida memoria, ah, y sopa de zanahoria, no solucionan mi mal.
Vaya timo, vaya engaño, no me consuela que me digan: "lo de tu diarrea es extraño". Mi médico se me ha creído que con su frase del año va a prohibirme las visitas a mi baño. Estoy yo para que me tomen por lelo y con los pies en el suelo y visto todo el percal, no hay Seguridad Social que me libre de este mal.
En el próximo achuchón de mi diarrea maldita, me planto con el marrón en la salita de Urgencias y convoco al personal que abandonen el local y a los médicos de turno que lleven al microscopio pequeña muestra fecal y analicen con rigor y que presten atención o tienen mi ambientador derramado en sus despachos hasta su jubilación.
Que médicos con mi dinero no atajen mi cagalera ¡es la madre del cordero! y yo uno de sus borregos aguantando día a día la jodida purrulera.
Sé que lo de mis cagadas, con perdón, no conmueve, ahora que estos días llueve, y que toda solución pasa por clínicas privadas aunque cuesten un riñon.
Mientras, ahora que estos días llueve, dejo el paraguas en casa y si el calzón se traspasa y me digan: "¿perdón, pero usted no huele...?" les diré con mucha guasa: "¿y a qué huele, si es usted experto en mierdas? porque si no lo es usted, gradúese en medicina y gane mucho dinero en la sanidad social". "¿No ve que es la alcantarilla que rebosa su caudal y el olor es infernal?"

Perdón, a ti, por plagiar tu inspiración.

martes, 3 de noviembre de 2009

25


Con esta nueva entrada, y equiparándolo a un matrimonio, El Mando de Tu Distancia alcanza sus bodas de plata desde que yo lo parí y aquél dijo por primera vez este blog es mío. Veinticinco entradas y un resumen:
En la parte inferior del blog coloqué un chivato de esos que te registra el número de visitas a tu blog; la localización exacta en el mapamundi de esas visitas; el sistema operativo y la clase de conexión telefónica que utiliza el visitante, etecé etecé. La República de Andalucía es la que más se prodiga en visitas. Evidentemente porque allí reina mi estimada Princesa Polaca, madrina de honor de este blog, y su interesante reinado adúltero y republicano, ultimamente más de lo primero que de lo segundo. Luego le siguen, muy de lejos, el País Valenciano, País Vasco, un visitante mexicano y otro belga que no sé qué pudo haberle arrastrado hacia este lugar. Quizá encontró el enlace secreto, colocado estratégicamente en el blog, que lleva a mis videos eróticos con Hei. Si lo encontráis dadme las coordenadas exactas porque he perdido todo contacto con el lugar en que lo coloqué.
Dudo entre celebrarlo solo, o con la criatura, o con Hei, o los tres juntos, o sin ella. Recuerdo que la última vez que celebré algo con ella en plan festivo me sentí profundamente decepcionado con mi comportamiento. Acabada la fiesta terminé semidesnudo y esparramado en el sofá con la visión no ya doble sino que mis ojos parecían un frenético caleidoscopio que multiplicaba por veinte a mi querida Hei. Veinte hermosuras alrededor de mí tiradas por el suelo del salón violentamente forzadas por la fuerza de mi deseo. Inertes, vacías de vida, de la frescura de su quehacer diario, como un cartucho de tinta original dentro de una impresora multifuncional a pleno rendimiento. La escena recordaba una de esas batallas tan fáciles de ganar como de perder el dinero apostado en la lotería; batalla entre el deseo y sus víctimas finalizada en un abrir y cerrar de boca.
Mi sicodélica visión alcanzó también a distinguir después de la pelea, a lo lejos, sobre la mesa del salón, una única superviviente. Una desconocida, erguida, esbelta, sin un rasguño, sin ningún signo de violencia, manteniendo aún la virginidad en su tapón roscado, sudando a más no poder el frescor de su belleza interior desde la cabeza hasta la base que la mantenía en pie, como una provocadora cualquiera en la esquina esperando un movimiento mío, retaba con su relumbrante presencia a levantarme y terminar con su sugerente cuello de botella en mi garganta. Mi deplorable estado me lo impedía, y me impedía también recordar haberla visto antes en la fiesta, pues su ajustado y deslumbrante colorido vestido de cristal dorado era fácil de diferenciar entre todo el verde de mis sentimientos. Quizá alguien intencionadamente la colocó ahí para hacer daño la sólida relación con mi rubia; pero si antes no puse la mano sobre ella, cuando la música del primer descorche daba por iniciada la fiesta , menos aún iba a hacerlo ahora, borracho de Hei. Y es que como dice un refrán mío: hombre de una sola cerveza, por otra no pierde la cabeza.
Así que pensándolo bien, para celebrarlo, sacaré la música a la calle y que bailen y se diviertan los perros que yo seguiré escribiendo.