jueves, 15 de enero de 2015

La noticia es reciente, de hoy 15 de enero, y la he visto de casualidad, pero lo de cortar penes y enterarse un servidor en las noticias viene de los años 90 con la última samurái de la venganza llamada Lorena Bobbit. Han tenido que transcurrir dos décadas y media para batir el récord anterior de una mutilación viril (al menos conocida por mí a través de la prensa) por dos veces en un mismo miembro.
Se desconoce el tamaño del miembro, pero si se conoce el tamaño de la infidelidad: un considerable número de mensajes eróticos enviados por el marido desde el teléfono de la mutiladora a la amante del mutilado, que en un descuido de este último es aprovechado para leerlos por la mujer  y  montar en cólera y amputar de raíz el cáncer de la infidelidad cortando por lo sano con unas tijeras mientras dormía.
Al enterarse que al marido le reimplantaron el miembro en un hospital, ni corta ni perezosa (la parte mutilada seguro que en esos momentos se encontraba más corta y perezosa de lo habitual) se dirigió allí y con unas tijeras se lo volvió a rebanar arrojándolo por la ventana.
La noticia dice que fue imposible encontrar el pobre pene por las inmediaciones del lugar y teniendo en cuenta que ocurrió en China es poco probable que fuese un perro que pasara por allí quien se lo llevara al estómago.
Una infidelidad tiene que doler por dentro, pero no tanto como por fuera, y a tijeretazo limpio, el corte de un pene. Solo de pensarlo ya me están dando ganas de deshacerme del teléfono móvil.
No penséis mal, infieles, lo que pasa es que poseo uno sin conexión a internet y quiero hacerme con uno que tenga para enterarme mucho  antes de quien será la próxima poseedora de un nuevo récord.
Y para terminar un chiste:
Se abre el telón y se ve a una pareja de andaluces en la que el marido confiesa a la mujer sus infidelidades.
Se cierra el telón y se vuelve a abrir y se ve a la mujer cortándole el pene al marido con unas tijeras  por tal motivo.
Se cierra el telón y se vuelve a abrir y se ve al marido en el hospital rodeado de médicos cosiéndole el pene.
Se cierra el telón.
¿Cómo se llama el oficio?
Corte y confesión!


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