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Nuestra relación de alcoba era genial, perfecta. Ella era la pieza fundamental que encajaba en mi particular puzzle de vida carnal y yo en la suya. Atrevidos, salvajes, desafiando posturas, creando nuevas, desfalleciendo. Amotinados entre sábanas por satisfacernos mutuamente, sudorosos y entregados al placer. Rendidos. Noches sin lunas o con lunas impagables, noches sin plazos ni tiempos. Hoy sí y mañana también. Insaciables.
Una tarde de tantas y al filo de concluir otra fogosa velada, llamaban a la puerta, entonces  me plantó un papel delante de las narices. ¡Lee!, me dijo. Confundido y sorprendido por extraña actitud, y encogiendo hombros, leí atentamente:

Yo, bla bla bla, mayor de edad,  con la presente, notifico la ausencia de sentimientos en las próximas lúdico erótico festivas horas para que luego no se pueda dar lugar a error, ni malentendidos ni derivados por parte de la parte contratada.

Se dispone entonces:

1. Que solo será un polvo. Nada más, queda relegado por lo tanto de este plano cualquier sentimiento afectivo hacia la parte contratante exceptuando los lazos de amistad que ya existieran previos a este contrato.

2. Que después de terminado el coito se queda eximido de todas las obligaciones que se entienden de un coito con su pareja, incluyendo por lo tanto conversaciones, planes para próximos dias y demás. Queda excluido de este artículo el llamado "cigarro de después" que por uso y costumbre de su forma se entenderá como dentro de la legalidad del contrato establecido.

3. Que los sentimientos no cambiarán en ningún aspecto, es decir, que al día siguiente (o la próxima vez que contratante y contratado se vean) no deberán haber cambiado los sentimientos. Se entiende por lo tanto que tanto la disminución de afectividad tanto como la aplicación desmesurada de esta serán ambos motivo de denuncia por la parte afectada.

4. Que la parte contratada está completamente de acuerdo en ser solo lo estipulado en este contrato y que pasaremos a denominar como "amistad con derecho a roce", que no se creará ningún vinculo especial y que la ocasión sólo se repetirá si ambas partes están completamente de acuerdo.

5. Que tanto el contratante como el contratado han de ser completamente discretos de la acción ocurrida derivada de este contrato. Que sólo se podrá contar a una persona por cada punto que se le asigne al polvo en una escala del 1 al 10 siendo el 1 para lo peor y el 10 para algo divino y que dicha persona debe ser totalmente ajena a la parte contraria de este contrato.


Firma del contratante                              Firma del contratado





En  bla bla bla bla....a bla bla bla....de bla bla bla..... de bla bla bla....___

Al terminar de leer le recordé que este tipo de contrato circuló en su tiempo en internet con el nombre de "follamigo"  y le recordé que hace mucho tiempo que seguimos al pie de la letra, punto por punto, el contrato follamigo. También le recordé que nos descargamos una copia para darle legalidad a nuestra relación carnal y le recordé que la firmamos de mutuo acuerdo. Le recordé que la enmarcamos. Le recordé que la colgamos detrás de la puerta de la habitación. Le recordé que la leemos todas las veces antes de acostarnos y le recordé que damos gracias por apreciado documento. Le recordé que estamos violando el artículo 2 del contrato follamigo respecto a conversaciones.
Me recordó que estaban llamando a la puerta, y quien lo hacía era un viejo amigo y no quería hacerle esperar.
Puta amistad, me dije. mientras salía farfullando mi fastidio